Inquietudes Musicales y Más

domingo, 31 de octubre de 2010

DIA DE LOS MUERTOS

DÍA DE LOS MUERTOS.
Por: RA

En los pueblos influenciados por la religión católica se ha dedicado el 1º de noviembre a “Todos los Santos” y el día 2, a “Los Fieles Difuntos”. En la tradición popular mexicana, el día 1º es dedicado a los niños fallecidos denominando esta celebración como el “culto menor”, y el 2 a los adultos muertos como el “culto mayor”, convirtiendo estos días en todo un festejo con dulces, figuras y disfraces con los cuales “parecieran alegrarse de la muerte o tal vez burlarse de la vida”.
El 2 de Noviembre la gente acostumbra ir a los cementerios a depositar flores en las tumbas de sus familiares y/o amigos fallecidos, algunos colocan adornos, sobre todo en las de quienes fallecieron siendo niños, dedicando algún tiempo a la oración o a rezar.
Las personas dependiendo de la región en donde nos formamos hemos adquirido una cultura que influye notoriamente en nuestra manera de apreciar la muerte. La inmensa mayoría es religiosa y su punto de vista ante que pasa después de la muerte, difiere entre si hay una resurrección o una reencarnación posteriores, cada una con merecimientos de castigos o sufrimientos de karmas. O de una forma muy elemental algunos creen en que “vida no hay sino una” y afirman, muchas veces de dientes para fuera, “el que se murió se acabó”.
Pero hay otras creencias, como la de que dejamos el cuerpo y nos vamos en espíritu, pero ni resucitamos ni reencarnamos.
Se me ocurre también que como afirmamos que nosotros somos creadores, podría pensarse en que en esta existencia creamos la posibilidad de trascender a una vida superior o a otra inferior, o sencillamente nos limitemos a desaparecer desde todo punto de vista espiritual cumpliendo con dejar nuestros restos físicos a su proceso de reincorporación como parte integrante de los elementos naturales de nuestro planeta.
Hay quienes ni creen, ni piensan, ni saben que se van a morir y viven al día.
De cualquier manera sea como sea que creamos o pensemos, me parece importante lograr un final de nuestro tiempo sin arrepentimientos y dolor.
La forma de vivir nuestra existencia afecta todo lo que nos rodea en mayor o menor grado. Afecta a la familia, los amigos, los conocidos, hasta los desconocidos. Y en la mayoría de los casos a la misma naturaleza.
Siempre que alguien fallece y es cercano a nosotros es muy recurrente sentir de pronto culpas y arrepentimientos. Recriminaciones como, por qué actué así, por qué no le advertí, por qué no le ayudé, por qué no estuve ahí, fue mi culpa y muchas más se nos vienen a nuestra mente y nos convierten en unos seres tristes y amargados. Las situaciones son a veces tan complejas que se cae en el vicio, la depresión y hasta el suicidio. O nos da por pagar misas, asistir a sesiones espiritistas para tratar de pedir perdón. Nos volvemos adictos a los cementerios. En fin, las reacciones son muchas, pero ya nada se puede hacer a excepción de perdonarnos nosotros mismos.
Podríamos evitarnos situaciones negativas ante la desaparición de los seres queridos o cercanos a nosotros, siendo respetuosos con ellos y dándoles el afecto y la ayuda que esté a nuestro alcance.
La meta final de nuestras vidas es la muerte. Cercana o lejana siempre llegará. La existencia es como un viaje que tiene un punto de partida y un punto de llegada. Explotemos nuestro Cosmos interior y gocemos el Cosmos exterior, así tenga dueños. Vivamos bien, en forma positiva sin hacer daños y sin perjudicar a nuestros compañeros viajeros. Y muy importante, como dice un poema oriental “Vivamos en Paz con Dios, cualquiera que sea nuestra idea de Él”. No nos preocupemos por la muerte y que cuando nos llegue sea real la expresión: “era una buena persona”.

jueves, 28 de octubre de 2010

sábado, 9 de octubre de 2010

9 DE OCTUBRE DE 1967

43 años de haber enmudecido al "Che"