Había nacido un 7 de julio y cuando acababa de cumplir 35 años, tres días después, el 10, dejó el mundo de los mortales causando un gran dolor su partida entre todos sus hermanos, madre, padre y demás familia y amigos. Ya han transcurrido 22 años de aquel triste momento en que hubo que oficiar su despedida. Siempre estaremos recordando a Alfonso, conscientes de que seguramente nos está preparando la bienvenida en algún universo en donde quizás esté. Dios le siga bendiciendo. RA
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